Revelando al Dios de las relaciones
16:36 | Author: Fabián Acevedo T.
1. Considerar la elección: Dios ha revelado en la Escritura parámetros universales que se reflejan en su naturaleza de lo que es bueno y lo que es malo. Él ha decretado que la honestidad es buena y la deshonestidad es mala. Él ha decretado que las relaciones sexuales dentro del matrimonio son honorables y que las relaciones sexuales fuera del matrimonio son deshonrosas. Él ha establecido que la justicia es una virtud y la injusticia es un vicio. Tú y yo tenemos que tomar decisiones importantes en la vida, pero la elección más importante es cuál versión de lo bueno y lo malo aceptamos.

2. Compararla con Dios: El próximo paso es comparar una actitud o una acción con lo que Dios tiene que decir al respecto. No es cuestión de descubrir lo que es "bueno para mi", es una cuestión de determinar lo que Dios es y lo que ha dicho acerca de lo bueno y lo malo. Cuando decidimos comparar nuestras actitudes o nuestras acciones con Dios y lo que Él dice de ellas, estamos reconociendo que Dios es Dios. Cuando cedemos nuestros "derechos" imaginarios para determinar lo que es bueno y malo, admitimos que Dios es soberano y que sólo Él tiene ese derecho.

3. Comprometerse con el camino de Dios: Comprometerse con el camino de Dios es algo fácil de decir pero no de hacer. Primero, tal como lo señalabamos antes, es incómodo comparar nuestros caminos con los de Dios. No nos gusta admitir que estamos equivocados. Por eso el concepto de decidir lo que es "bueno para ti", es tan atractivo. Nos permite justificar nuestras malas acciones y actitudes.
Segundo, aun cuando reconozcamos que nuestro egoísmo y nuestro pecado, comprometerse con el camino de Dios en la realidad parece imposible. De hecho, es imposible vivir los caminos de Dios por nosotros mismos. Por eso, Dios nos ha prometido capacitarnos con su Espíritu para vivir según sus caminos, cuando nos sometemos a Él como Señor y Salvador de nuestras vidas.

4. Contar con la protección y provisión de Dios: Cuando admitimos humildemente que Dios es soberano, y nos sometemos sinceramente a su Espíritu Santo, podemos comenzar a discernir las diferencias entre lo bueno y lo malo, y también a ver la motivación amorosa de Dios de proteger y de proveer para nosotros. Vivir según el camino de Dios y permitir que su Espíritu Santo viva a través de nosotros nos trae muchas bendiciones. Aunque la protección y la provisión que Dios no deberían ser nuestra motivación principal al obedecer a Dios, ciertamente nos proveen un refuerzo poderoso para elegir lo bueno y lo malo.

UN PROCESO CONTINUO

Aprender a amar a los demás como Dios nos ama, y tomar decisiones correctas en la vida es todo un proceso. No se aprende de una vez por todas con un sólo curso de estudio; se aprende durante el curso de la vida. Y la clave para comprender las relaciones y las decisiones correctas se relaciona directamente con nuestra relación amorosa para con Dios. Esta es nuestra tarea: Revelar al Dios de las relaciones a esta generación para que puedan ser más y más como Cristo al relacionarse íntimamente con Él a través de su Espíritu y de su Palabra. El resultado será una relación más sana y más profunda con los demás, al igual que tomar buenas decisiones en la vida.
¿Qué otra cosa necesitamos evaluar? Ya que no todo es perfecto, hay otra cosa más. El sufrimiento, la tristeza y el dolor abundan en este mundo. Guiar a nuestros jóvenes para que sean seguidores comprometidos con Cristo no cambia el hecho de que sus corazones sufran el dolor, de que la tragedia los ataca y de que las personas sufren, ¿o sí? ¿Pueden los cristianos ayudar a cambiar este mundo de muerte y sufrimiento? ¿Querría Dios que tú y tus hijos se involucren con Él en una misión de restauración para hacer que las cosas vuelvas a su forma original como Él las diseñó?
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